Antoni Benaiges

dimarts, 30 d’abril del 2024

Homenaje de un peregrino francés a los asesinados en los montes de La Pedraja

Montes de la Pedraja, 22-04-2024.

Siempre que paso por Burgos reservo unos momentos para visitar los Montes de La Pedraja. Debo decir que el trabajo realizado por la Agrupación de familiares de las personas asesinadas es admirable. Sus dos fosas exhumadas en 2010 y 2011 han sido dignificadas, creando así un espacio de memoria. De nuevo es la sociedad civil quien se articula para hacer memoria, en vez de las administraciones, quienes deberían velar para que actos tan abominables como los acaecidos en 1936 no se vuelvan a repetir jamás.

De aquellas dos exhumaciones realizadas se rescataron 135 restos, no siendo -seguramente- los únicos en aquel lugar, pues es sabido que en aquellos mismos montes se esconden más fosas de desaparecidos todavía no localizadas y el número de asesinados podría hallarse entorno a las 350 personas.

Desde 2010 La Pedraja siempre ha sido un lugar importante para mí. En agosto de aquel año asistí como voluntario para documentar fotográficamente aquellos trabajos. Durante los trabajos de exhumación de la 1a fosa, un testimonio hizo emerger la memoria del maestro Antoni Benaiges - más conocido como "el maestro que prometió el mar" gracias al largometraje realizado sobre su vida-, y aquel hecho cambiaría mi vida.

Este pasado lunes 22 de abril, después de hacer el tramo de Burgos a Ponferrada del Camino de Santiago -lo estamos haciendo por tramos-, ya de vuelta no pude evitar no pasar por allí. Era temprano, sólo las 8:15h de la mañana. Al llegar al cruce de caminos vi llegar a un peregrino, pues el Camino de Santiago pasa justo por encima de una de aquellas fosas exhumadas. Venía de Villafranca Montes de Oca.

El peregrino llegó al monolito eregido en los años 80 por los familiares en recuerdo de los desaparecido y allí sacó su teléfono y una melodía revolucionaria del Frente Popular empezó a sonar. Se cuadró delante del monumento y levantó su puño y dejó aquella música sonar. Enrique, como supe se llamaba aquel peregrino, era francés y de esta forma homenajeaba a su padre, un exiliado republicano español, y a las víctimas de la barbarie franquista.


¿Sabrían aquellos bárbaros matarifes de Falange Española dónde estaban enterrando a sus víctimas? Si su intención era abandonarlos en un lugar remoto y solitario, desde luego no fue así. Con o sin conocimiento del hecho, cavaron las fosas comunes en pleno trazado del actual Camino de Santiago, ruta peregrinación constante que hace que hasta casi 185.000 personas al año transiten junto a ellas y sepan de su existencia. Rindiendo, en algunos casos, homenajes como éste.