Desenterrando al maestro Antoni Benaiges
A finales de julio de 1936, justo al principio de la Guerra
Civil, desapareció el maestro catalán Antoni Benaiges. Dos años antes
había llegado al pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba dispuesto a aplicar
en su pequeña escuela rural la técnica Freinet, una innovadora metodología
pedagògica, procedente de Francia, basada en la participación de los alumnos
y el uso de la imprenta.
Durante más de 75 años, el trabajo y la personalidad del maestro permanecieron en la intimidad del recuerdo de sus antiguos alumnos, sus compañeros de profesión y su familia que además conservaba el deseo de conocer la verdad sobre su desaparición.
En agosto de 2010, con motivo de la exhumación de una fosa común en el paraje de La Pedraja (Burgos), un testigo hizo emerger a pie de fosa la figura del maestro asesinado en julio de 1936, diciendo: "Aquí está enterrado el maestro de mi pueblo." Cubriendo documentalmente los trabajos de exhumación había una fotógrafo catalán, al que informan del paso del testimonio diciéndole, "Dicen que en esta fosa hay un paisano tuyo, un maestro catalán." Este fotógrafo iniciará una obsesiva investigación para reconstruir la vida del maestro de Mont-roig, entrevistando a familiares, ex-alumnos y recopilando un archivo disperso en revistas de educación de los años 30, prensa y fondos archivísticos. Aquel fotógrafo era yo.
Las niñas y niños de Bañuelos de Bureba nunca habían visto
el mar y en enero de 1936 su maestro les animó a imaginarlo ya
describirlo. El resultado fue un cuaderno monográfico sobre la inmensidad
azul. "El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo". Así
es como se imaginaba el mar uno de los niños de este pueblecito de Burgos.
Las descripciones se repetían: "El mar será... El mar será...".
El maestro Antoni Benaiges, que revolucionó su escuela dando la palabra a sus alumnos con la ayuda de la imprenta Freinet, les prometió que en verano irían a Mont-roig del Camp a casa de su familia para verlo por primera vez y poder decir: "El mar es... El mar es...".
Pero el sueño de aquellas criaturas y la promesa de su maestro quedaron truncades para siempre el 19 de julio de 1936 con el estallido de la Guerra Civil.
Esta obra recoge la historia de una promesa que no se pudo cumplir, y con ella, la memoria de quien la hizo: Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar.
Desenterrando el silencio
Cinco años han transcurrido desde que la Editorial Gregal publicara la primera edición de esta novela. Un trabajo hecho a cuatro manos, dos, las del maestro freinetiano Sebastián Gertrúdix y las otras dos las mías. Hoy vuelve de la mano de la Editorial Blume en su segunda edición. En todos estos años han sido muchas las lectoras y lectores que se han emocionado al conocer la historia de vida del maestro Antoni Benaiges. Hoy te invito a ti a descubrirla.
En plena Guerra Civil, concretamente el día 1 de enero de 1937, la revista ¨Escola Proletària¨, -revista sindical de la Federación catalana de trabajadores de la enseñanza- publicaba en páginas centrales dos crónicas. Éstas eran un homenaje dedicado a dos personas asesinadas: uno de ellos era el poeta granadino Federico García Lorca, el otro el maestro freinetiano Antoni Benaiges. Ambas crónicas venían acompañadas también de sus respectivos retratos. Imágenes e historias de vida que han permanecido unidas durante años en esta publicación a causa de la desdicha de los destinos de estos dos hombres. Los dos fueron fusilados por su influencia en la sociedad -el primero como figura destacada en la cultura y el segundo por su profesión de maestro- además de por sus ideas políticas. Los dos continúan siendo, aún hoy, dos desaparecidos de la Guerra civil pues todavía sus cuerpos no han sido identificados.
De Lorca todos sabemos su obra: su poesía revolucionaria, su teatro comprometido, su implicación con los más desfavorecidos, su vida apasionada y su cobarde asesinato; de Benaiges, ¿qué sabemos del maestro Antoni Benaiges?
“El mar será…” recupera la memoria de Antoni Benaiges, un maestro de Mont-Roig del Camp (Tarragona) que durante dos cursos -de 1934 a 1936-, fue destinado a la Escuela Nacional Mixta de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos que hoy cuenta con unos 25 habitantes.
Pocos meses después de su llegada al pueblo, Antoni Benaiges compra una imprenta y un gramófono para sus alumnos. Su técnica, basada en los ensayos puestos en práctica por el pedagogo francés Celestine Freinet, desarrolla y pone en práctica la idea de que la escuela debe dar a los niños las herramientas para expresar sus conocimientos y habilidades más naturales, algo que a menudo la educación tradicional ignora y rechaza.
El entusiasmo por la aplicación de la nueva técnica es grande y durante el primer curso, la Escuela de Bañuelos de Bureba publica los primeros cuadernos íntegramente redactados e ilustrados por sus alumnos. Los cuadernos, gracias al intercambio entre escuelas seguidoras de estas mismas técnicas llegarán muy lejos del pueblo: Cataluña, Mallorca, Extremadura, Galicia,... pero también llegarán a Inglaterra o a Cuba. El objetivo era crear una red de escuelas que se comunicasen entre ellas con el intercambio de cuadernos. Estos se confeccionaban a partir de los dibujos y textos libres que hacían los niños y niñas, convirtiéndose así en pequeños cronistas de su realidad más cercana. La temática era diversa: la familia, las amistades, el pueblo, los paisajes, las fiestas, las excursiones, los viajes, los juegos, el folclore...pero también sus miedos y sus anhelos. En definitiva, de cómo vivían y cómo veían la vida. De esta manera, la imprenta pasaba a tener un papel esencial en el aula, pues era el instrumento que les permitía expresar. Expresar lo que sentían, lo que veían, lo que les ocurría o lo que soñaban… En palabras de Benaiges por la virtud de la imprenta en la escuela podían expresar “su vivir todo.”
El maestro Antoni Benaiges revolucionó su escuela dando la palabra a sus alumnos con la ayuda de la imprenta Freinet. Pero las niñas y niños de Bañuelos de Bureba nunca habían visto el mar y en enero de 1936 su maestro les animó a imaginarlo y a describirlo. De este ejercicio nacería un cuaderno monográfico con relatos que empezaban con suposiciones reiteradas tales como “El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo”, “el mar será…”, “el mar será…”; relatos que darían lugar a una promesa por parte del maestro: llevarles a conocer el mar y, así, transformar aquel “el mar será…” por un primer “el mar es…”.
Pero el sueño de aquellas criaturas y la promesa de su maestro quedaron truncadas para siempre a finales del curso 1935-36 con el estallido de la Guerra Civil y la desaparición del maestro. Durante más de 75 años, su recuerdo permaneció en la memoria de sus antiguos alumnos, sus compañeros de profesión y su familia, que además conservaba el anhelo de conocer la verdad sobre su desaparición
En agosto de 2010, con motivo de la exhumación de una fosa común en el paraje de La Pedraja (Burgos), un vecino de Bañuelos hará emerger a pie de fosa la figura del maestro diciendo “aquí está enterrado el maestro de mi pueblo”, iniciando, con estas palabras y sin saberlo, todo un proceso de recuperación de la historia, obra y memoria de este maestro.
Durante aquella semana de agosto de 2010 estuve documentando gráficamente los trabajos de exhumación. La noticia de que en aquella gran fosa pudiera estar enterrado un maestro catalán provocó que iniciara una obsesiva investigación para reconstruir la vida de este maestro de Mont-roig del Camp. Empecé entrevistando a los familiares de Antoni, a ex-alumnos y recopilando un archivo disperso en revistas de educación de los años 30, trabajos ya publicados, artículos de prensa y diferentes fondos archivísticos.
El cuerpo del maestro no formaba parte de los 23 restos identificados de entre los 135 cuerpos recuperados en aquella exhumación, pero sí se ha podido recuperar de él la historia de su promesa y con ella, la memoria de quien la hizo: Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar.
Para dignificar y difundir su historia se ha realizado un documental, El Retratista, diferentes libros, una exposición fotográfica, un cómic y esta novela, reedición de la ya publicada en 2018. Ésta que tienes entre tus manos.
Porque no enterraron muertos, sino semillas.
Barcelona, marzo 2023.
Sergi Bernal
EL COMIC: LA PROMESA, YA ESTÁ AQUÍ!
Desde hace unos años trabajamos con el dibujante y maestro Javier Martinez en el comic, este será biográfico y abarcará desde su infancia en Mont-roig del Camp a su ejecución em los montes de La Pedraja. Lo publica la editorial Blume.En Vilanova i La Geltrú, Antonio Benaiges Nogués junto con Patricio Redondo Moreno.
Desenterrando el silencio
Cinco años han transcurrido desde que la Editorial Gregal publicara la primera edición de esta novela. Un trabajo hecho a cuatro manos, dos, las del maestro freinetiano Sebastián Gertrúdix y las otras dos las mías. Hoy vuelve de la mano de la Editorial Blume en su segunda edición. En todos estos años han sido muchas las lectoras y lectores que se han emocionado al conocer la historia de vida del maestro Antoni Benaiges. Hoy te invito a ti a descubrirla.
En plena Guerra Civil, concretamente el día 1 de enero de 1937, la revista ¨Escola Proletària¨, -revista sindical de la Federación catalana de trabajadores de la enseñanza- publicaba en páginas centrales dos crónicas. Éstas eran un homenaje dedicado a dos personas asesinadas: uno de ellos era el poeta granadino Federico García Lorca, el otro el maestro freinetiano Antoni Benaiges. Ambas crónicas venían acompañadas también de sus respectivos retratos. Imágenes e historias de vida que han permanecido unidas durante años en esta publicación a causa de la desdicha de los destinos de estos dos hombres. Los dos fueron fusilados por su influencia en la sociedad -el primero como figura destacada en la cultura y el segundo por su profesión de maestro- además de por sus ideas políticas. Los dos continúan siendo, aún hoy, dos desaparecidos de la Guerra civil pues todavía sus cuerpos no han sido identificados.
De Lorca todos sabemos su obra: su poesía revolucionaria, su teatro comprometido, su implicación con los más desfavorecidos, su vida apasionada y su cobarde asesinato; de Benaiges, ¿qué sabemos del maestro Antoni Benaiges?
“El mar será…” recupera la memoria de Antoni Benaiges, un maestro de Mont-Roig del Camp (Tarragona) que durante dos cursos -de 1934 a 1936-, fue destinado a la Escuela Nacional Mixta de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos que hoy cuenta con unos 25 habitantes.
Pocos meses después de su llegada al pueblo, Antoni Benaiges compra una imprenta y un gramófono para sus alumnos. Su técnica, basada en los ensayos puestos en práctica por el pedagogo francés Celestine Freinet, desarrolla y pone en práctica la idea de que la escuela debe dar a los niños las herramientas para expresar sus conocimientos y habilidades más naturales, algo que a menudo la educación tradicional ignora y rechaza.
El entusiasmo por la aplicación de la nueva técnica es grande y durante el primer curso, la Escuela de Bañuelos de Bureba publica los primeros cuadernos íntegramente redactados e ilustrados por sus alumnos. Los cuadernos, gracias al intercambio entre escuelas seguidoras de estas mismas técnicas llegarán muy lejos del pueblo: Cataluña, Mallorca, Extremadura, Galicia,... pero también llegarán a Inglaterra o a Cuba. El objetivo era crear una red de escuelas que se comunicasen entre ellas con el intercambio de cuadernos. Estos se confeccionaban a partir de los dibujos y textos libres que hacían los niños y niñas, convirtiéndose así en pequeños cronistas de su realidad más cercana. La temática era diversa: la familia, las amistades, el pueblo, los paisajes, las fiestas, las excursiones, los viajes, los juegos, el folclore...pero también sus miedos y sus anhelos. En definitiva, de cómo vivían y cómo veían la vida. De esta manera, la imprenta pasaba a tener un papel esencial en el aula, pues era el instrumento que les permitía expresar. Expresar lo que sentían, lo que veían, lo que les ocurría o lo que soñaban… En palabras de Benaiges por la virtud de la imprenta en la escuela podían expresar “su vivir todo.”
El maestro Antoni Benaiges revolucionó su escuela dando la palabra a sus alumnos con la ayuda de la imprenta Freinet. Pero las niñas y niños de Bañuelos de Bureba nunca habían visto el mar y en enero de 1936 su maestro les animó a imaginarlo y a describirlo. De este ejercicio nacería un cuaderno monográfico con relatos que empezaban con suposiciones reiteradas tales como “El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo”, “el mar será…”, “el mar será…”; relatos que darían lugar a una promesa por parte del maestro: llevarles a conocer el mar y, así, transformar aquel “el mar será…” por un primer “el mar es…”.
Pero el sueño de aquellas criaturas y la promesa de su maestro quedaron truncadas para siempre a finales del curso 1935-36 con el estallido de la Guerra Civil y la desaparición del maestro. Durante más de 75 años, su recuerdo permaneció en la memoria de sus antiguos alumnos, sus compañeros de profesión y su familia, que además conservaba el anhelo de conocer la verdad sobre su desaparición
En agosto de 2010, con motivo de la exhumación de una fosa común en el paraje de La Pedraja (Burgos), un vecino de Bañuelos hará emerger a pie de fosa la figura del maestro diciendo “aquí está enterrado el maestro de mi pueblo”, iniciando, con estas palabras y sin saberlo, todo un proceso de recuperación de la historia, obra y memoria de este maestro.
Durante aquella semana de agosto de 2010 estuve documentando gráficamente los trabajos de exhumación. La noticia de que en aquella gran fosa pudiera estar enterrado un maestro catalán provocó que iniciara una obsesiva investigación para reconstruir la vida de este maestro de Mont-roig del Camp. Empecé entrevistando a los familiares de Antoni, a ex-alumnos y recopilando un archivo disperso en revistas de educación de los años 30, trabajos ya publicados, artículos de prensa y diferentes fondos archivísticos.
El cuerpo del maestro no formaba parte de los 23 restos identificados de entre los 135 cuerpos recuperados en aquella exhumación, pero sí se ha podido recuperar de él la historia de su promesa y con ella, la memoria de quien la hizo: Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar.
Para dignificar y difundir su historia se ha realizado un documental, El Retratista, diferentes libros, una exposición fotográfica, un cómic y esta novela, reedición de la ya publicada en 2018. Ésta que tienes entre tus manos.
Porque no enterraron muertos, sino semillas.
Barcelona, marzo 2023.
Sergi Bernal
En Vilanova i La Geltrú, Antonio Benaiges Nogués junto con Patricio Redondo Moreno. |
LA NOVEL·LA
Reedició per part de l'editorial de Rosa Sensat de la Novel·la:
Els vaig prometre el marEL DOCUMENTAL
Más información del documental de Alberto Bougleux y de Sergi Bernal:
http://www.blume.net/catalogo/1233-el-retratista-9788498018134.html
Mira el trailer de El Retratista:
[Desenterrando el silencio] Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar
Con la reproducción del cuaderno EL MAR. VISIÓN DE UNOS NIÑOS QUE NO LO HAN VISTO NUNCA (1936, Bañuelos de Bureba)
“Y la fantasía de unos niños que suben y bajan la loma, sólo la loma, disparose hacia Lejanía para hundirse en la vastitud líquida, misteriosa, sublime... También ellos, los niños, saben del mar sin haberlo visto nunca” .
Antonio Benaiges, del cuaderno “EL MAR”
- A finales de julio de 1936, justo en el inicio de la Guerra Civil, desapareció el maestro catalán Antoni Benaiges. Dos años antes había llegado al pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba dispuesto a aplicar en su pequeña escuela rural la técnica Freinet, una innovadora metodología pedagógica basada en la participación de los alumnos y el uso de la imprenta.
- Durante más de 75 años, su labor y su personalidad permanecieron en la intimidad del recuerdo de sus antiguos alumnos y de sus compañeros de profesión, mientras su familia albergaba el deseo de conocer la verdad sobre su paradero.
- En agosto de 2010, con motivo de la exhumación de una fosa común en el paraje de La Pedraja (Burgos), emerge la memoria del maestro y se inicia una investigación que descubre una historia única, emotiva y poética.
DIBUJO / FELIPE DE SAN PEDRO FOTOMONTAJE / SERGI BERNAL.
Año escolar 1934-35. El Ministerio de Educación de la II República Española asigna el joven maestro catalán Antoni Benaiges a la escuela rural de Bañuelos de Bureba, una pequeña aldea de Burgos que hoy cuenta 30 habitantes.
Pocos meses después de llegar al pueblo, Antoni Benaiges consigue una imprenta para sus alumnos. Su idea, basada en el método del pedagogo francés Celestine Freinet, es que la escuela debe dar a los niños las herramientas para expresar sus conocimientos y habilidades más naturales, algo que a menudo la educación tradicional ignora y rechaza.
El entusiasmo para el experimento es grande, y
durante el primer año la Escuela de Bañuelos de
Bureba publica los primeros cuadernos
integralmente redactados e ilustrados por sus
alumnos. Hablan de la vida cotidiana en un pueblo
de los años '30, con las palabras y los dibujos de
unos niños que con la imprenta aprenden a
escribir. Uno de los cuadernos se publica en
ocasión de la visita de un fotógrafo al pueblo. Se
titula El Retratista.
Los cuadernos de Bañuelos circulan pronto entre
las "escuelas Freinet" de toda España y del
extranjero, en Francia, México, Cuba. Las pequeñas
publicaciones escolares sobreviven gracias a sus
suscriptores: entre ellos se encuentran labradores
del pueblo, otros maestros y hasta el presidente
de la Républica Niceto Alcalá Zamora. Antoni
Benaiges se convierte en una referencia en la
innovación pedagógica en el país.
El año siguiente, 1936, la escuela publica un
nuevo cuaderno: El mar: Visión de unos niños que no lo han
visto nunca. Para aquel verano Antoni tiene en mente un
proyecto ambicioso: quiere llevar a sus alumnos
del pueblo a Barcelona para ver el mar. Pero ya es
julio del 1936, son los primeros días de la Guerra
Civil, y la provincia de Burgos es de las primeras
en caer en manos de Franco en el levantamiento en
contra de la República.
Antoni Benaiges, activista de izquierdas, será
pronto depurado de su cargo de maestro titular.
Preso y torturado en Briviesca, terminará fusilado
y enterrado clandestinamente en las fosa común de
La Pedraja el mismo mes de julio de 1936. El
sueño de conocer el mar y de una educación libre y
moderna queda truncada.
76 años después, un fotógrafo catalán vuelve al
pueblo. Su blanco y negro capta los vestigios de
la escuela, los rostos de viejos alumnos, el papel
arrugado de las pocas copias que sobreviven de
aquellos cuadernos. A pocos kilómetros, un equipo
de forenses trabaja para la exhumación de la fosa
común de la Pedraja.
El camino del fotógrafo, el “retratista” setenta
años depués, se convierte así en el hilo de la
memoria, desde la fosa hasta la voz de los antiguos
alumnos de Bañuelos que todavía sobreviven, y hasta
los niños una perdida escuela al otro lado del mar
donde la memoria del maestro de Bañuelos fusilado y
olvidado en una fosa común misteriosamente sobrevive
75 años después.
La novel·la "Els vaig prometre el mar i la versió castellana""El mar serà..." rescata la figura més humana del mestre Benaiges.